viernes, 21 de febrero de 2020

Los campesinos cuentan cuentos: el significado de Mamá Oca

Hace ya unos días que terminé de leer el primer ensayo de los seis que reúne este libro: La gran matanza de gatos y otros episodios en la historia de la cultura francesa, escrito por Robert Darnton, traducido por Carlos Valdés y publicado por FCE en 1987 (mi ejemplar es de la segunda edición: 2018). Este ensayo se titula "Los campesinos cuentan cuentos: el significado de Mamá Oca".


El historiador estadounidense Robert Darnton investiga, más allá de una "historia oficial" o de los grandes hechos, una historia de la cultura, de la mentalidad, de la forma de pensar de los habitantes de la Francia del S. XVIII, para, de esta forma, estudiar cómo entendían el mundo los franceses (ordinarios, del pueblo llano) de dicho siglo. Y para ello indaga, en el primero de sus capítulos (pp. 19 a 92), sobre la dimensión histórica de los cuentos populares.
Esta mirada sobre los cuentos populares como documentos históricos que pueden aportar pistas sobre cómo era el mundo en ese tiempo en el que se contaban y, también, sobre la forma de vivir y pensar de las personas que los contaban y escuchaban, choca frontalmente con otros estudiosos de los cuentos populares como, por ejemplo, Bruno Bettelheim: "Bettelheim interpreta "Caperucita Roja" y otros cuentos como si no tuvieran historia. Los trata, por decirlo así, en forma plana, como pacientes en un diván, en una contemporaneidad intemporal. (...) Sin embargo, los cuento son de hecho documentos históricos. Han evolucionado durante muchos siglos y han adoptado diferentes formas en distintas tradiciones culturales." (p. 24). De hecho, aportando datos históricos y contrastando con versiones recogidas de cuentos populares el autor afirma que: "Lejos de velar su mensaje con símbolos, los narradores de cuentos de la Francia del Siglo XVIII retrataban un mundo de cruda brutalidad desnuda." (p. 26).
El autor del ensayo no sólo demuestra conocer muy bien los cuentos que analiza y estudia, sino que también conoce muy bien la manera como se cuentan cuentos, como se puede apreciar en varios momentos del ensayo. Por ejemplo: "Como todos los narradores de cuentos, los cuentistas campesions adaptaban el ambiente de sus cuentos a su propio medio ambiente; pero conservaban los elementos principales intactos, usando repeticiones, rimas y otros recursos nemotécnicos." (p. 28).
Tras analizar la pervivencia de la tradición oral, la permanencia de sus textos orales y el modo cómo estos eran contados, transmitidos, recreados, etc., Darnton reflexiona sobre el valor como documentos históricos de los cuentos, como materia para el estudio de la cultura y la vida a lo largo de la historia.
Una vez analizadas estas cuestiones el autor del ensayo aporta un buen puñado de ejemplos analizando distintos cuentos desde una mirada historicista. La riqueza de las versiones de los cuentos presentados, las reflexiones y argumentos del autor y la comparación de estas versiones francesas con otras alemanas, inglesas o italianas convierte la lectura en un festín (al menos para quienes vivimos tan pegados al cuento contado y a los cuentos populares).
Las conclusiones también son bien interesantes pues, a partir del análisis de los cuentos encontramos unas cuantas conclusiones sobre cómo se percibía la vida en aquel siglo en Francia (y qué papel jugaban los cuentos para vivir mejor). Aquí van algunos ejemplos: "Los cuentos les decían a los campesinos cómo era el mundo, y ellos ofrecían una estrategia para hacerle frente. Sin sermones ni moralejas, los cuentos franceses muestran que el mundo es cruel y peligroso (...) algunos tienen un mensaje positivo; muestran que la generosidad, la honradez y la valentía son recompensadas. Pero no alientan la confianza en la eficacia de amar a los enemigos y en volver la otra mejilla. Muestran que, si bien puede ser laudable compartir el pan con los mendigos, no se puede confiar en el primero que se encuentra en el camino." (p. 71); "Los cuentos no abogan por la inmoralidad, pero contradicen la idea de que la virtud será recompensada o que la vida puede regirse por un principio que no sea la desconfianza básica." (p. 73); "la picardía (...) ofrece una manera de hacerle frente a una sociedad cruel, y no una forma para vencerla." (p. 79).
Como os podéis imaginar tengo este primer ensayo del libro muy subrayado. Los otros ensayos los estoy leyendo (por puro placer de leer a este autor que tan bien escribe y argumenta), pero ya no los comentaré en el blog.
Ah, una última cosa, tras la lectura de este libro me he dado cuenta de los pocos cuentos populares franceses que hay publicados en español. Es desolador. Apenas contamos con Perrault (cientos de ediciones de su colección de 15 cuentos) y poco más. Muy poco más. Tristísimo.
Una lectura que os recomiendo.
Saludos

No hay comentarios:

Publicar un comentario