sábado, 29 de diciembre de 2012

Crónicas marcianas

En estos días de bruma y lluvia, de frío y chimenea, acabo de terminar de leer todo un clásico de la literatura de ciencia ficción, se trata de Crónicas marcianas, de Ray Bradbury, traducido por Francisco Abelenda y prologado por Jorge Luis Borges. Aunque era una lectura que tenía pendiente y que me había propuesto saldar la deuda este año en el que el autor nos dejó, fue Natalia quien me animó a leerlo y así fue como "recordé" que tenía el libro en la lista de los "debe".


El libro nos cuenta las crónicas de la llegada del hombre a Marte, las diversas intentonas, la llegada que no falló, la muerte de muchos marcianos por las enfermedades importadas, la invasión terrícola...
Es difícil hablar de un libro del que se ha hablado ya mucho, pero al menos unas palabras.
Abrir el libro y zambullirse en sus páginas es viajar lejos, a unos cuantos millones de kilómetros de aquí. Uno comprende fácilmente, desde los primeros capítulos, por qué este libro es ya un clásico contemporáneo, una lectura imprescindible.
Algunos de sus capítulos (que podrían leerse incluso como cuentos separados), son absolutamente deliciosos. Están escritos de una manera aparentemente desapasionada (como unas crónicas), pero en los detalles, en las sutilezas que dejan entrever las palabras, en la coherencia fantástica del Marte que soñó Ray Bradbury, uno queda atrapado y enamorado de un un planeta maravilloso. En muchas de sus páginas me he sentido como el rebelde de la tercera expedición que trata de preservar la belleza y armonía marcianas ante el advenimiento terrícola.
Lo más fascinante de estas crónicas es que el autor consigue mostrarnos dónde habita el terror y la maldad: no son los marcianos ni Marte ni ningún otro lugar donde los peligros nos acechan, es el propio ser humano quien aloja las penumbras y la destrucción.
Termina uno de leer este libro de ciencia ficción y entiende, una vez más, que la ficción es la que nos muestra el corazón de la verdad.
Una lectura imprescindible.
Saludos

1 comentario:

  1. Es uno de esos libros que como tú sueles decir son
    "difíciles de olvidar".
    Feliz Año!

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