miércoles, 25 de mayo de 2011

La cabra boba ¡en títeres!

Mónica Balsa, desde la Biblioteca Pública "José Saramago", en Loure (Portugal), me envía estas fotografías de un espectáculo de títeres que han hecho con mi cuento de La cabra boba, ilustrado por Roger Olmos y editado por OQO.

Si conocéis el cuento podréis apreciar que han sido muy fieles a la propuesta estética de Roger. Pero lo increíble es la pinta maravillosa que tiene el teatrillo de títeres, elaborado dentro de un programa de animación a la lectura para familias.


¡Luego dicen que no hay gente con ganas de trabajar!
Desde luego, yo me he quedado ojiplático, anonadado y muy muy emocionado.
¡Mil gracias!

2 comentarios:

  1. Aunque no tiene que ver con esta entrada y tras leer la entrevista de la revista Mosaico no me resisto a comentar contigo el capítulo 23 de "Las uvas de la ira" que acabo de leer y que seguro que tu ya conoces y casi seguro que ya lo has recogido en el blog):

    Capitulo 23:

    Los emigrantes, revolviendo en busca de trabajo, rebuscando para vivir, siempre perseguían el placer, escarbaban el placer, lo elaboraban y estaban hambrientos de entretenimiento. A veces éste se encontraba en la palabra y ellos trascendían sus vidas con bromas. Y en los campamentos a orillas de las carreteras, en las riberas bajas junto a los ríos, bajo los sicomoros, el narrador de cuentos encontró su lugar, de modo que la gente se reunía a la luz de las hogueras para oír a los mejor dotados. Y escuchaban mientras se narraban los cuentos y su participación hacía los cuentos grandiosos.

    ...

    Y la gente escuchaba con los rostros en calma. Los narradores utilizaban ritmos altisonantes para atraer la atención sobre sus cuentos, usaban grandes palabras, porque los cuentos eran grandiosos, y los que escuchaban se volvían grandiosos a través de ellos.



    Creo que una descripción perfecta del oficio y sobre la importancia de los oyentes.

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  2. Muchas gracias, Víctor. Hace años que leí este libro y por aquel entonces no andaba a la búsqueda de estas citas. De hecho, por aquel entonces todavía ¡no contaba!
    Volveré a echarle un vistazo y ubicaré este tesorillo que me has mandado en el lugar que se merece.
    Un abrazo

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