domingo, 1 de mayo de 2011

1Q84

Acabo de terminar de leer 1Q84 de Haruki Murakami, traducido por Gabriel Álvarez Martínez y publicado en Tusquets. Si seguís este blog desde hace tiempo sabréis que Haruki Murakami es uno de los autores que, en estos últimos dos años, más he leído y disfrutado. Tras este nuevo libro me reafirmo: es un escritor maravilloso, asombroso, excelente. Imprescindible.


Pero hablemos de este libro. 1Q84 es una trilogía de la que acaba de publicarse en España los dos primeros libros (en este único volumen). Esto es una triste pena para mí porque el tocho de 736 páginas acaba al borde del precipicio y ¡necesito saber cómo sigue la historia! (¡falta el tercer libro por salir!, ¡por favor, señores de Tusquets, dense prisa!)
Me encanta cómo escribe Murakami, cómo va tejiendo la historia, cómo te acerca a los personajes y a su manera de ser y sentir, cómo te va enredando (¡con qué sutileza, con qué potencia!) en la trama y cómo, cuando menos te lo esperas, estás metido de lleno en una complejísima historia. Los personajes, tanto los principales como los secundarios, están descritos magistralmente, son seres solitarios y llenos de misterio, pero sin embargo también son personas que nos resultan cercanas, comunes. Me quedo embelesado con la aparente sencillez de su prosa, con lo pulcramente que está narrada la historia, con lo rico que es todo el armazón de la novela: este escritor es, en verdad, uno de los más grandes.
Además en esta novela Murakami da un salto y es capaz de llevarnos a un nivel superior de ficción cuando entra en juego el mundo superpuesto de 1Q84 (no voy a dar pistas para quien no lo haya leído todavía), nivel superior al que nos tiene acostumbrados; pero además lo hace de una forma sutil, limpia, natural (¡admirable!).
Me encanta el juego entre el libro (La crisálida del aire) y la historia que contiene el libro/los libros (1Q84 y La crisálida del aire). También me gusta la relación entre 1984, la novela de G. Orwell, y 1Q84.
Este libro me ha tenido completamente enganchado y he disfrutado de momentos maravillosos tumbado en el sofá leyéndolo. Sin duda una de las lecturas más gozosas de los últimos meses.
Además tiene algunas citas sobre narración oral, aquí van.

[El padre de Tengo cuenta su historia:] "Al padre se le daba bastante bien contarlo. No había forma de saber hasta qué punto era real, pero resultaba creíble. Y aunque tampoco fuera significativo, los detalles tenían vida y su manera de contar era rica en maticees. Había partes alegres, partes conmovedoras y partes violentas. Partes fabulosas que dejaban a uno boquiabierto y partes incomprensibles, por muchas veces que las escuchara. Si la vida pudiera medirse por la variedad de sus episodios, podría decirse que la suya había sido considerablemente rica." (p.128)

[Fukaeri recita el Heike monogatari:] "Al cerrar los ojos y escuhar la historia que ella le contaba, tuvo la impresión de estar escuchando mismamente a un bonzo ciego tañedor de biwa. Le hizo darse cuenta de nuevo de que el Heike monogatari era una epopeya de la tradición oral. En general, la forma de hablar de Fukaeri era monótona, y el acento y la entonación resultaban prácticamente imperceptibles, pero cuando empezó a contar la historia, su voz se volvió sorprendentemente enérgica y llena de color. Era como si algo la poseyera. La sublime batalla marítima que había tenido lugar en el año 1185 en el estrecho de Kanmon cobraba vida en su relato". (p. 328)

[En una conversación telefónica entre Tamaru y Aomame:]
"-Por cierto, ¿conoces la historia del gato vegetariano y el ratón?
-No.
-¿Quieres que te la cuente?
-Por supuesto." (p. 468... si queréis conocer la historia tendréis que ir a esa página ;))

"Tengo cogió la silla que había al lado de la cama, se sentó, juntó los dedos de ambas manos sobre las rodillas y empezó a relatarle "El pueblo de los gatos", con el ruido de la tormenta de fondo. Había leído aquel relato dos veces en el tren rápido y se la había leído a su padre en la habitación de la clínica. Más o menos conocía el argumento de memoria. No era una historia demasiado intrincada ni escrita con una bella prosa, fluida y elegante, así que no sintió ningún reparo en modificarla a su antojo. Y omitiendo partes redundantes y añadiendo anécdotas a su gusto, Tengo le narró aquella historia a Fukaeri.
Aunque originalmente no era demasiado larga, a Tengo le llevó más tiempo del que había calculado contarla, pues Fukaeri no paraba de preguntar cada vez que tenía una duda. Entonces, Tengo interrumpía la histora y contestaba de forma minuciosa a cada pregunta. Le daba explicaciones sobre detalles del pueblo, el comportamiento de los gatos y la personalidad del protagonista. Cuando se trataba de cuestiones que no aparecían en el libro -cosa que ocurría la mayoría de las veces-, se las inventaba. (...) Fukaeri parecía completamente absorta en el cuento. Sus ojos ya no se veían somnolientos. De vez en cuando los cerraba y se imaginaba el pueblo de los gatos. Luego los abría y apremiaba a Tengo para que siguiera contándole la historia.
Una vez terminada, Fukaeri abrió los ojos como platos y se quedó mirando a Tengo un buen rato." (p. 578)

Esta cita está referida a los escritores, pero no me resisto a incluirla aquí:

"Un escritor no es quien resuelve problemas, sino quien los plantea" (p. 337, citando a Chejov).

En verdad Murakami está empezando a ser un escritor absolutamente imprescindible para mí y sus libros, todos, siempre recomendables. Es, junto con Auster, uno de mis patios de recreo favoritos. No dejéis escapar esta novela.
Saludos

No hay comentarios:

Publicar un comentario