viernes, 28 de abril de 2017

Contar en Rabat (III)

Hoy terminé de contar en el Colegio Español de Rabat, han sido unos días bien intensos de cuento. La primera de las fotos que os incluyo es de la pizarra de una de las clases en las que he contado, ejercicios de árabe, qué belleza tienen esas grafías cuyo significado desconozco por completo: viajar por aquí es estar ciego ante la cartelería (salvo en los textos que están en francés, claro). Por cierto, hoy tenía una hora libre y estuve en una clase hablando con niños y niñas sobre los cuentos que les contaban en casa, en este grupito se contaba ya poco (ay, con la rica tradición que hay en África), pero una niña a la que cuenta su tía (que vive en las montañas) se animó a contarnos un cuento y me quedé muy impresionado, una versión de Hansel y Gretel con cinco hermanas y una serie de tramas complejas en su estructura... se me hacía la boca agua pensando en las cosas que se podrían hacer por aquí .


Como es viernes hoy toca cuscús, así que fuimos a comer un buen cuscús (delicioso, de verdad) con esa especie de yogur agrio que no es que me haya sabido especialmente bien pero que dispara la salivación y hace que el cuscús se disfrute mucho.


Más tarde paseo por la calle: la foto de la gente en corro es justo delante del Parlamento del país, y no es que se estén manifestando, es que había un músico callejero. Esta es nuestra cultura mediterránea, pura vida en la calle.


Más paseo (y una foto de una mezquita al atardecer). Muchas de estas torres de las mezquitas me recuerdan a otras torres similares que hay en España, qué cerca estamos de Marruecos y de la cultura árabe, cuánto compartimos.


Después concierto en la Villa des Arts con Lola y Marta, profesoras del Colegio, y Rolando, consorte de Lola, y, ¡por fin!, una cervecita.




Mañana me dará tiempo a dar un último paseo antes de subir al avión, esta ciudad me tiene enamorado.
Mañana más.
Saludos

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