lunes, 13 de junio de 2011

Post-Maratón

Ayer domingo fue el final de una semana intensa como pocas que haya vivido yo. Tras la barahúnda del FEST pasamos a la gozosa e insólita fiesta del Maratón de los Cuentos que este año celebraba su vigésimo aniversario. Veinte años no son nada, y son también mucho.
Quien esto escribe ha pasado algo más de quince años íntimamente vinculado al Maratón y a su organización, los dos últimos sin embargo soy un paseante más, un disfrutador más, un ciudadano más que vive atónito y goloso la mejor de las fiestas de la palabra que conoce.
Y desde esta visión algo más alejada, aunque también conocedor de la entraña del asunto, no puedo más que felicitar y volver a felicitar a la gente del Seminario de Literatura Infantil y Juvenil de Guadalajara, a la Biblioteca Pública del Estado y a todo el grupo de voluntarios, por tan gozoso evento.


Este año el Maratón cumplía los veinte, y se vistió de gala, nos trajo el sol y la calle fue bullicio continuo:
  • Los espectáculos de calle, extraordinarios y de una calidad altísima.
  • La decoración de las calles, plazas, rincones... exquisita.
  • La organización, estupenda, cosa que no es nada sencilla, pues los engranajes pueden estar bien engrasados, pero cada año hay que volver a construir el coche y ponerlo a funcionar...
  • El palacio, maravilloso: templo de la palabra dicha.
  • El teatro con una programación excepcional, desde estrellas tan brillantes y lejanas como don Eraclio Zepeda a amigas tan sabias y cercanas como Paula Carballeira.
  • Las nuevas actividades: los MonuCuentos, los Inauditos, etc., exitosas y refrescantes.
  • Las actividades habituales, superándose, por ejemplo: ¿vieron cuántas ilustraciones extraordinarias?, ¿cuántos narradores con ganas y ganas de contar?
  • Y la ciudad volcada como nunca: ¿recuerdan un año con tanto bullicio en la calle?, ¿un año en el que se agotaran los pines?, ¿un año con tanta vida y tanta palabra? Hasta el sol quiso asomarse y vigilar que la lluvia no se acercara.
Yo no tengo más que palabras de agradecimiento. Agradecimiento por hacer que esta ciudad sea de verdad un mar de cuentos. Agradecimientos por haber dado un espacio al cuento para que habite y celebre su fiesta. Agradecimiento por la maravilla, por el esfuerzo, por el empeño.
Y además, y ya a título personal: agradecimiento por la acogida estupenda y cercana que se hizo a todos los asistentes del FEST que veníamos de Toledo; y agradecimiento por haberme permitido contar en un lugar tan insólito como la Cripta de los Mendoza. Una locura.


Este Maratón sólo tuvo un gris: durante su celebración y no muy lejos de esta ciudad moría un escritor maravilloso, Juan Farias: Uno de los grandes escritores en lengua castellana de los últimos tiempos. El domingo me permitieron hacer algo que no había hecho nunca, me dejaron leer un poquito (apenas un minuto) del libro Los caminos de la luna, de Juan Farias, para poder saborear a este autor, para escuchar su voz, para rendirle, en fin, un pequeñísimo homenaje.
Gracias por un Maratón más. Por una fiesta inolvidable. Gracias.

1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo contigo, Pep. Fue un Maratón estupendo. Y fue una suerte vivirlo. ¡Qué bien que las cosas crezcan y se pongan tan bonitas!

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