viernes, 30 de septiembre de 2011

Una fiesta de los cuentos en Barcelona

Ya está todo preparado para el 2º Munt de Mots, festival de narración oral de Barcelona que se celebrará del 15 al 22 de octubre. Este año estaré contando cuentos y dando una charla el viernes 21. Puedes ver la programación completa en su web.
Toda una fiesta de la palabra, ¡allí nos vemos!


¡Magia!

Hoy he estado disfrutando de un hermoso álbum ilustrado ¡Magia!, de Charo Pita y Madalena Matoso, publicado en OQO, en su colección O.
El álbum nos cuenta los intentos de Óscar, un niño, por conseguir que el bebé con el que está deje de llorar. El bebé llora y llora porque tiene hambre y Óscar trata de buscar algo para darle de comer.
El cuento es sencillo y su estructura interna es circular y nos evoca estructuras de cuentos tradicionales. El espacio donde la historia sucede tiene también un notable sabor a campo, a pueblo, a comunidad, un lugar donde los niños pueden circular libremente y donde los adultos saben quiénes son, un lugar confortable, habitable, a la medida de las personas, en el que los niños no pueden sentirse solos ante los problemas y las dificultades. Y también un lugar donde los niños tienen responsabilidades (cuidar a un bebé) y por eso pueden tener dificultades y necesitar resolverlas (y para eso se apoya en la comunidad).


Además de todo esto, el final me parece estupendo: ¡magia!, para que el bebé se calme es suficiente con el abrazo de su madre y la leche de su pecho. Un final que quizás muchos adultos anticipan pero que también es posible que muchos niños, lamentablemente, ignoran.
Un cuentecito delicado, hermoso, con unas ilustraciones (collage basicamente) que acompañan perfectamente al texto, en general bastante limpias (salvo en algún caso) y muy agradables para el ojo y el corazón, ese torreón rojo donde habita lo mejor de los días y donde se imprimen las emociones de la magia cotidiana de la vida.
Por cierto, un cuentecito que a ratos me ha recordado dos cuentos muy queridos por mí, Cuento para contar mientras se come un huevo frito y La cabra boba, por lo de la búsqueda y la comida ;))
Más información (e ilustraciones) en la ficha del libro en OQO.
Totalmente recomendable. Pura magia de lo cotidiano.
Saludos

jueves, 29 de septiembre de 2011

¡Tiene un libro!

Esta imagen lleva unos cuantos días circulando por las redes sociales, en el féisbuc de La biblioteca escolar ha sido una de las entradas con más éxito, así que no me resisto a compartirla en el blog, aunque me fastidia no saber nada sobre su autoría, porque digo yo que alguien la pensó y la hizo y se merece, por lo menos, que lo cite. Voy a seguir indagando, y mientras tanto, aquí va la imagen, potente y certera.


Saludos.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Morir es fácil

La línea entre la vida y la muerte es delicada, frágil, pequeña. Morir es fácil, apenas unos minutos sin respirar, un golpe en el pecho, una maniobra tonta con el coche, un mal tropiezo, un descuido... y la frontera entre estar vivo y estar muerto se cruza, como quien dice, sin sentir.
Y aunque no quería hoy hablar de la muerte física, orgánica, de la muerte de los cuerpos que nos sostienen, uno no deja de pensar que morir es fácil. Incluso cuando se trata de la muerte metafórica: también ahí (en la metáfora) la muerte resulta fácil.
Vean si no este ejemplo, un oficio como el mío, contar cuentos, un oficio antiguo acaso como el ser humano, que en el S. XX estaba casi desaparecido pero que gracias a la perseverancia, sobre todo, de bibliotecarios y maestros (y por tanto de bibliotecas y escuelas), y al empeño de cafés particulares, teatros osados, instituciones culturales interesadas, público entusiasta... ha ido resurgiendo.
El camino ha sido muy largo desde aquellas primeras charlas (en los años treinta del pasado siglo) que  Elena Fortún impartía a las bibliotecarias de Madrid explicando cómo contar cuentos y sugiriendo la posibilidad de un nuevo oficio, el de narrador de cuentos; pasando por La hora del cuento que durante años (mediados de los cincuenta hasta los setenta del pasado siglo) mantuvo a duras penas la llama de la palabra dicha en algunas, muy pocas, bibliotecas, y a cargo de narradoras como Montserrat del Amo; o llegando al movimiento de renovación pedagógica de los años sesenta y setenta que revolucionó las aulas y permitió la entrada de los cuentos por la puerta grande de la escuela (cómo no hablar aquí de Ana Pelegrín o Federico Martín).
El camino ha sido largo hasta que en la década de los ochenta aparecieron un puñado de personas, apenas quince o veinte, que hicieron de contar su oficio: se formaron, crearon su repertorio, desarrollaron técnicas y voces propias, etc. Más tarde, en los noventa, fue el bum de la narración: talleres, festivales, maratones de cuentos, circuitos estables, bibliotecas... llegando a haber a finales de los noventa posiblemente más de cien narradores en España que vivían de contar cuentos.
Y llegamos al siglo XXI, un siglo cuyos primeros años fueron de afirmación, de consolidación del oficio. Contar cuentos es ya, hoy, por fin, un oficio conocido y reconocido, hay profesionales, hay gente que ocupa mucho de  su tiempo en preparar nuevos textos, en escribir, en organizar repertorios...
Pero ha llegado la crisis.
Y la crisis está mordiendo allí donde este oficio se sostiene: la biblioteca y la escuela. Porque es verdad que hay otros espacios para contar (cafés, teatros, casas de la cultura, etc.), pero también es verdad que los pilares básicos son estos dos, la biblioteca y la escuela, son los que han reavivado la narración oral y los que han permitido que la profesión renazca.
El pasado año muchas bibliotecas, muchas, dejaron de programar espectáculos de narración oral; muchos circuitos rebajaron cachés o, directamente, dejaron de funcionar; muchas ayudas para programar y contratar narradores desaparecieron. Valga como ejemplo de todo ello la privatización de la gestión de las bibliotecas municipales de Madrid, donde el caché que ofrecen en la actualidad es exactamente UN TERCIO DE LO QUE COBRÉ LA PRIMERA VEZ QUE TRABAJÉ, HACE AHORA 18 AÑOS. No conozco a nadie que cobre un tercio de lo que cobraba en 1993 (año en el que, por cierto, también estábamos en crisis).
Y el colectivo de narradores, pequeño, disperso, no hizo apenas nada: ni una manifestación, ni un triste comunicado.
Este año en muchas Comunidades los recortes están afectando a las escuelas públicas, a la educación pública. En las escuelas hay ahora muchas cosas en las que pensar antes que en llamar a un cuentista para que venga a contar cuentos: más horas lectivas, mayor ratio, menos profesores, menos tiempo para preparar proyectos, menos presupuestos... la educación pública está siendo atacada, desbaratada, está en el punto de mira.
Y el colectivo de narradores, pequeño, disperso, no está haciendo apenas nada: ni una manifestación, ni un triste comunicado.
Es verdad que algunos narradores han hecho algo a título personal, parece también que algunas asociaciones quieren hacer algo de forma colectiva. Pero mientras unos quieren y otros se organizan y unos cuantos miran... el tiempo pasa y quién sabe si cuando por fin reaccionemos estaremos al otro lado de esa línea delicada, frágil, pequeña, que separa la vida de la muerte.
Porque también para este oficio nuestro morir es fácil.
Que no le quepa duda a nadie.


martes, 27 de septiembre de 2011

La mujer que plantaba árboles

Hay un libro maravilloso que muchos conocéis: El hombre que plantaba árboles, de Jean Gionno. Escribí sobre él hace un tiempo. Incluso he escrito en otras ocasiones sobre libros vinculados a los árboles. Son textos que nos invitan a soñar otro mundo posible en el que el ecosistema y el ser humano convivan de forma sostenible.


Pero a veces las historias se hacen hueso y carne y voluntad férrea, y entonces sucede que hay libros de ficción que se quedan pequeños al lado de personas tenaces, increíbles, enormes. Es el caso de Wangari Maathai, bióloga keniana que recibió el premio Nobel de la Paz y que plantó ¡¡47 millones de árboles!!
Os animo a que leáis sobre su vida en el artículo del obituario de ayer en El País.


También podéis leer una ficha sobre el álbum infantil Wangari y los árboles de la paz, publicado en Ekaré, en esta reseña de Ana para el Biblioabrazo.
Saludos

lunes, 26 de septiembre de 2011

Más sobre educación pública

Me van llegando en estos días correos con mucha información sobre Educación Pública y sobre los sistemas educativos en otros países y el modelo que quiere imponer aquí el PP.
Os animo a que leáis este artículo (me ha dejado impresionado, de verdad, ¡a estas alturas!) que se publicó hace un par de días en El País y a que veáis este vídeo en el que Ana Noguera habla del fracaso escolar en la Comunidad Valenciana, vedlo hasta el final (son 14 minutos) y veréis a las claras el modelo educativo que quiere imponer el PP (del que, en algún momento, se habla en el artículo antes citado).




Saludos

domingo, 25 de septiembre de 2011

Roseanna

Hoy terminé de leer Roseana, de Maj Sjöwall y Per Wahlöö, publicado por RBA en su Serie Negra. La traducción es de Cristina Cerezo y Martín Lewell.
Fue el amigo Carles quien me recomendó este libro tras haber leído alguna reseña publicada en este mismo blog sobre novelas policiacas nórdicas (de Henning Mankell o Stieg Larsson, posiblemente), explicándome que esta novela es el punto de origen de esta tradición de novelas negras extraordinarias escritas por autores nórdicos.


La verdad es que el libro fue escrito y publicado en 1965 y sigue leyéndose con voracidad y gusto, no ha envejecido nada mal a pesar de que los tiempos han cambiado mucho (en la novela, obviamente, no aparecen teléfonos móviles, ordenadores, internet...). La historia, como en muchas novelas negras, comienza con un cadáver y acaba con la detención del autor del asesinato. Pero además de tener una trama muy bien armada que te mantiene expectante y enganchado desde las primeras páginas hasta la última, el ritmo trepidante a veces y demorado en otras ocasiones (como la vida misma) da una sensación de realismo a la historia como pocas veces he leído.
Aun así, lo que hace peculiar a este libro es su estilo pulcro, aséptico, casi a modo de informe policial, cuajado de datos y detalles que permiten avanzar al lector en la investigación al mismo tiempo que los policías protagonistas.
Además, por lo que parece (Mankell también incide en esta cuestión en el prólogo a esta edición), es uno de los primeros libros en los que aparecen estos policías tan humanos, desanimados a veces, sin saber qué hacer otras veces, dando vueltas y vueltas a los pocos datos que tienen para desentrañar la madeja hasta llegar a la resolución del caso. En este sentido me ha recordado mucho a Kurt Wallander, el policía protagonista de tantas novelas del mismo Mankell.
En conclusión se trata de una novela que, a pesar de sus más de 45 años, sigue leyéndose más que bien: se disfruta, engancha, te mantiene en tensión, empatizas con los protagonistas..., además de ser un hito en el género policiaco de apellido nórdico.
Una lectura muy recomendable y, para los aficionados al género, imprescindible.
Saludos

La señora Emilia y la mujer del carbonero

Ayer nos fuimos con unos amigos hasta lo alto del Pico Ocejón (2048 mts.), toda una aventura para mis hijos. Después de las horas de subida y bajada pasamos por Majaelrayo donde nos habían invitado (a través del féisbuc) a tomar una cervecita para reposar la excursión (gracias María-José, gracias Álvaro), y desde allí nos fuimos a ver a la señora Emilia. Aquí quería yo llegar.
La señora Emilia vive en un pequeño pueblo del valle, es la abuela de uno de los niños que venían ayer en la excursión y es, además, una de las informantes que nos estuvo contando cuentos para el libro La mujer del pez. Cuentos tradicionales de la provincia de Guadalajara.
Hacía tiempo que no veía a la señora Emilia y nos recibió tan hospitalaria, amable y alegre como siempre. Nos ofreció unas rosquillas (que sigue haciendo para cualquier visita inesperada a sus 85 años) y estuvimos hablando de otras ocasiones en las que nos habíamos visto.
Da gusto hablar con ella, y sobre todo da gusto escucharla contar historias de vida de su infancia y juventud, tiene una sabiduría enorme, de esa sabiduría popular que se ha recibido de boca de los mayores y que se ha acrecentado con la vida.
Me dijo que se había acordado mucho de la última vez en la que fui a grabar sus cuentos porque se había olvidado de un cuento que contaba mucho, y nos lo contó (otro regalo para un día maravilloso), el cuento de un muchacho que había perdido la bolsa de dinero para ir a pagar al médico y resulta que unos cazadores se la habían encontrado... pero otro día os cuento esta historia.
Luego le hablé de uno de los cuentos que nos contó para el libro de cuentos de Guadalajara, se titulaba "Los calzones del amante", un cuento que me tuvo ocupado mucho tiempo porque no conseguía dar con él en ninguna de las antologías de cuentos que tengo en casa (que, como os imagináis, son unas cuantas), ni dar con su ATU (¿no sabes lo qué es el ATU? mira aquí y aquí) ni con algún cuento similar. Finalmente, y después de un par de años con esa cuestión en mente, acabé por dar con él, se trata de un romance de ciego, un romance popular escrito por un ciego de esos que iban por los pueblos recitando y vendiendo sus escritos de cordel. El romance apareció en una antología maravillosa de Julio Caro Baroja, Romances de Ciego, en ed. Taurus, col. Temas de hoy, concretamente en las páginas 386-392, con el título de "Los calzones y las alforjas". Este romance ya lo sabía de memoria un tío de la madre de la sra. Emilia, su madre lo aprendió de él y la sra. Emilia lo aprendió de ella. Os dejo aquí la versión que recogimos de la sra. Emilia y que aparece en el libro, que la disfrutéis.

Era un carbonero que iba a vender carbón para Valencia. Y le dijo a la mujer, dice:

Prepárame la alforja con diligencia,

con cebada, pan y vino

y otras muchas cosuelas,

porque dentro de Valencia

está muy caro el comercio

y cuesta mucha moneda.

Bien, te haré lo que me ordenas.

Y también a su amante le dio cuenta,

que se iba muy de mañana

y, por tanto, que esté alerta.

Entonces, pos claro, él se fue por la mañana... y el amante, que era el cirujano, el barbero de allí del pueblo, ¿no?, pues fue. Cuando se le olvidó las alforjas. Entonces va y dice:

¡Anda!

Se vuelve y la llama. Dice:

Mira, levántate, querida, que me he dejao las alforjas en ese poyo que está mirando a la chimenea.

Dice:

Pos no tiene usté que entrar, que yo te las sacaré allí fuera.

Bueno, pues pensó darle las alforjas, y le dio los calzones. No pensaría mucho. Con que ya va a almorzar, y se encuentra que son los calzones del cirujano:

Los calzones son testigos

de que tú eres mi ramera,

y que, cuando yo me voy,

el barbero me la pega.

Pero bueno, siguió... y, cuando ella se levanta, lo primero que se encuentra son con las alforjas. Y empieza a llorar, y el dotor la dice, dice:

¿Qué te pasa, que tanto te lamentas?

Dice:

Que, cuando vino mi marido

a por las alforjas,

pensé darle las alforjas,

y tus calzones se lleva.

Dice:

¿Cómo estaba tu cabeza?

De alforjas a calzones,

muy bien sé diferenciar...

Bien sí que la tienes tú,

mejor así no te conociera,

no te vería yo ahora

tan oprimida y suspensa,

tan llena de confisiones

y cargada de pena.

Échate la puerta afuera

y, si no tienes calzones,

búsquelos donde quisiera.

Furiosa la carbonera.

Bueno, pues se tuvo que marchar. Y más que no había llevao capa, y tuvo que salir desnudo...

Entonces, todos los chicos

que le veían ...

a la suela le apedrearon

pensando que loco era.

Cuando llegó a su casa

la mujer, figurándose lo que era

no precisó tijeras para cortarle el pelo.

Pa curarle las heridas

le estiró muy bien las greñas,

pensó que, para esquilarle,

no eran menester tijeras

y le arrancó la melena.

Luego va una vieja por lumbre y dice:

¿Qué te pasa que tanto te lamentas?

Dice:

¡Ay!, si aunque a usté yo se lo diga

no me aliviará mi pena.

Dice:

Pos no sabes tú mu bien

los consejos de las viejas.

Haz cuenta que te confiesas,

comunícame tu pena.

Dice:

¡Ay!, es que, cuando se fue

mi marido a Valencia

me dijo que le preparara

la merienda

y tal y dice al barbero no le di cuenta.

Amiga, la más amiga,

no pensé que tanto era.

Para eso hará menester

una consulta de viejas.

Bueno, se juntaron seis o siete viejas, las que había. Y, después de dar muchas vueltas, pensaron que lo mejor era hacer unos calzones como los del cirujano y ponérselos alguna. Tiene mucho misterio. Entonces, cuando el marido viene, coge los calzones y la va a pegar a la mujer:

¡Anda! Los calzones son testigos

de que tú eres mi ramera,

y que, cuando yo me voy,

el barbero me la pega.

Entra, y está la vieja hilando arremangá con los calzones. Dice:

Hombre, señora vieja, ¿cómo es que gasta calzones?

Dice:

¡Toma! También tu mujer los lleva,

y también el cirujano

destos mismos los lleva.

En un día los hicimos,

juntos de la misma tela.

Entonces, claro, pues dice:

San Zenón y San Aón,

habrán traído a esta vieja,

porque no permitiría

de que en mi casa estuviera.

Tenga usté, señora vieja,

la mitá de la moneda

que he sacado del carbón,

y perdone la pobreza.

Así que, de esa manera, engañaron al marido, haciéndole ver que los calzones que se había llevao eran los de su mujer.

viernes, 23 de septiembre de 2011

El Tiramilla

Hoy os recomiendo esta web: Diario El Tiramilla, tu diario en red de literatura juvenil, con una buena presentación, contenidos interesantes, noticias, reportajes... y un interesante equipo de trabajo.
Echa un vistazo a la web, seguro que acabará siendo una de tus ventanas habituales.
Saludos

jueves, 22 de septiembre de 2011

La familia D

Tras haber conocido (y no poco) a la familia C, es un gusto para mí haber recibido estas fotos de ¡la familia D! Me las envían desde le Colegio Parque Europa de Utebo, en Zaragoza, donde también han tenido el gusto de compartir aventuras con un loro algo cascarrabias y con una paloma intrépida.



Siempre es un regalo saber que tus cuentos se leen, se disfrutan, se juegan.
Gracias Candela, por los dibujos maravillosos. Gracias Concha por el envío.
Un saludo

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Lausana

Acabo de terminar de leer Lausana, la última novela de Antonio Soler, publicada en Mondadori. Llegué a este libro por la recomendación (siempre acertadas sus recomendaciones) de Mariona M. D., de la irreductible aldea de Tamarite de Litera. (Una vez más, gracias Mariona).


En la novela, de apenas 200 páginas, Margarita, la narradora, hace un repaso a su vida en el trayecto de tren entre Ginebra y Lausana: los recuerdos se agolpan antes de partir debido a la noticia de la muerte de Suzanne, amiga suya y amante de su marido durante siete años.
Quizás la trama no resulte así, tal como la he resumido, especialmente atractiva, pero no os dejéis engañar, ésta es una novela extraordinaria en la que emociona zambullirse. Y sin duda una parte importante de ese valor reside en el magisterio de su autor, en el dominio del oficio, en la capacidad que tiene de desplegar la historia (las historias) y trenzarla en la urdimbre de la trama armando un mosaico que salta sin interrupción entre el pasado (los recuerdos) y el presente (el viaje en el tren) y cuyos diversos planos (y teselas) se afirman unos en otros.
Es un libro hermoso de leer, y no lo es solo por su estructura, sino por la hondura de sus imágenes, relaciones, descripciones... que amplifican el sentido de lo contado y llenan de color el alma de sus personajes (colores que construyen el gris, como se dice en algún momento de la novela).
Uno de esos libros que uno recomienda a todos aquellos que quieran leer un buen libro, que quieran disfrutar de buena literatura. Un libro exquisito y delicado.
Saludos

martes, 20 de septiembre de 2011

Dos de pájaros

Tengo encima de la mesa dos álbumes maravillosos cuyos protagonistas son los pájaros. No me resisto a comentarlos juntos y a proponer una pequeña propuesta para trabajarlos/disfrutarlos en clase, en casa, en la biblioteca...


Empezaremos con un cuento que Jacques Prévert escribió en 1943 (tiempos aciagos), que fue publicado en 1949 por la prestigiosa editorial Gallimard y que, en 1953, fue ilustrado por primera vez por Elsa Henríquez. En 2007 Mordicai Gerstein recuperó el texto y lo ilustró de nuevo, en esta ocasión con una estética evocadora de los años en los que el cuento fue escrito, delicada y muy rica (que incluso se anticipa al texto en el inicio del libro). Pero digamos ya el título de este álbum maravilloso: Para hacer el retrato de un pájaro, publicado en España por Faktoría K de Libros, con la traducción de Pedro Ángel Almeida.
El álbum nos da instrucciones precisas para dibujar el retrato de un pájaro (el título, pues, no engaña), pero son estas instrucciones muy especiales: cálidas, hondas, reflexivas, llenas de emoción, intensas, líricas, sugerentes, sutiles... parece mentira que se pueda decir tanto sobre el proceso creativo de una manera tan sencilla.
Es un libro absolutamente maravilloso que habla de la paciencia, de lo difícil que resulta aprehender lo que nos rodea, del arte y su complejidad. Y sobre todo es un libro que habla de la importancia del camino.



Contado y recontado este cuento, es el momento de disfrutar de otro libro maravilloso, se trata de ¡Canta, ruiseñor, canta!, con texto de Françoise de Guibert, ilustraciones de Chiaki Miyamoto, música de Daniel Goyone, traducido por Miguel Ángel Mendo y publicado por Kókinos. Este libro es un catálogo de pájaros de todo tipo, su descripción, un dibujo de cada uno de ellos y algunos datos y curiosidades sobre su forma de vida. Quizás pienses que el libro sea algo árido para los más pequeños, pero no es así, al menos esa no es mi experiencia. Y eso en parte se debe al cedé que lo acompaña, lleno de cantos de aves (por la numeración de los cortes sabrás qué pájaro del libro es el que escuchas en ese momento) y, en algunos momentos, de pequeñas melodías de piano que acompañan y complementan los sonidos del bosque y las aves.
Como decía, contado y recontado el álbum anterior (Para hacer el retrato de un pájaro), es ahora el momento de poner el cedé de ¡Canta, ruiseñor, canta! en el equipo de música (no puedo olvidarme de mi hijo Miguel escuchándolo una y otra vez hace unos años) y, mientras suena de fondo los cantos de los diversos pájaros, pedirles a los niños y niñas de la clase (de la biblioteca, del aula, etc.) que dibujen el retrato de un pájaro (tal como indicaba el primer álbum). En esta parte podéis utilizar técnicas diversas (rotuladores, lápices, témperas, collage...) a vuestro gusto.
Seguro que reunís un maravilloso grupo de aves que podéis pegar en la ventana del aula. Es más, seguro que cada una tendrá una o dos buenas historias, al menos, que sugerir. Esa podría ser una continuación de la propuesta, claro, todo depende de cómo os vaya tocando la actividad.
Si os animáis a probar esta propuesta no dejéis de escribir para contármelo.
Saludos

Laboratorio de lectura

En el blog de la Biblioteca Senda recomiendan este interesante Lectura Lab (Laboratorio sobre la lectura) promovido por la FGSR en el que reflexionan, proponen, sugieren, investigan... cuestiones sobre la lectura.
Saludos

viernes, 16 de septiembre de 2011

¿Quién come a quién?

Hace días que tengo encima de la mesa el álbum ¿Quién come a quién? de Aleksandra Mizielinska y Daniel Mizielinski, publicado por Libros del zorro rojo y con traducción de Alfonso Cazenave. Digo que lo tengo encima de la mesa pero es que entre asambleas de narradores, protestas contra los recortes e inicio de colegios voy algo disperso de atención y apretado de tiempo, pero por fin he encontrado el momento para sentarme y hacer esto que tanto me gusta: leer/releer y reflexionar sobre lo leído.
Pero vayamos con el libro.


¿Quién come a quién? es un álbum ilustrado con una historia muy sencilla (o muy compleja, según se vea): el ciclo de la vida, en el que una planta es alimento de un animal que a su vez es alimento de otro y éste de otro... No es la primera vez que vemos libros de este estilo y que tocan este tema, pero en esta ocasión hay algunos elementos interesantes que merece la pena resaltar.
Para empezar, la propuesta estética es extraordinaria: el álbum viene a dos tintas, negra y roja. Ilustraciones en negro y parte del texto en rojo (el hilo de la historia, no así las notas que amplían información sobre los personajes y sucesos, que va en negro). Pero es que además las ilustraciones son deliciosas, como a plumilla, con una estética muy cuidada y elegante, con unos dibujos estupendos y con una limpieza notable (gracias al poco ruido de la ilustración y al abrigo del blanco).
Y la historia es un bucle tras otro, un círculo perfecto trazado por azares imperfectos y por un sistema (ecosistema) complejo y, también, perfecto.
Me gusta además cómo está narrada: por un lado la manera directa y sencilla en la que el narrador cuenta los hechos; y por otro la información que se va dando al lector (¡¡en notas al pie!!) no de forma casual ni dañando la limpieza del texto y de la historia, sino sumando al total del álbum y abriendo puertas a la curiosidad de quienes están disfrutando del álbum. Hay incluso algunos guiños para romper la posible monotonía de las secuencias recurrentes.
En conjunto es un álbum que me parece maravilloso, delicado, limpio y, detrás de su aparente sencillez, muy complejo, tanto como el tema que toca y abarca y muestra de forma exitosa.
Un libro extraordinario para disfrutar leyendo y para aprender. Imprescindible.
Un saludo.

jueves, 15 de septiembre de 2011

La linterna mágica

Hace muchos años que mis hijos participan de una actividad maravillosa de cine para niños denominada La linterna mágica, una actividad auspiciada por la UNESCO y que se lleva a cabo en bastantes países occidentales, entre ellos España, y dentro de España, en algunas ciudades de Castilla La Mancha (al menos hasta junio de este 2011).
Esta actividad consiste en la proyección de una película una vez al mes (sábado por la mañana) en el teatro Moderno de la ciudad para niños y niñas de entre seis y doce años. Antes de la proyección los asistentes recibían en casa información amena e instructiva sobre lo que iban a ver y, ya en el patio de butacas, veían una pequeña performance relacionada con el filme.
Así, poco a poco, se iba educando el criterio de los niños y niñas y se les enseñaba a entender, valorar y disfrutar películas significativas de la historia del cine y del cine actual. Su cartelera era diversa y podía abarcar desde títulos de reconocidas figuras como Fritz Lang, Luis García Berlanga, Jacques Tati, Chaplin, Michel Ocelot, Buster Keaton, etc.; a rarezas como Los extraordinarios inventos de Charles R. Bowers, o Nanuk de Robert J. Flaherty, o Crin Blanc y el Globo Rojo, de Albert Lamorisse; o a cine más actual como Los increíbles, o El gigante de Hierro, o La princesa prometida...
Además en Guadalajara La linterna mágica estaba a cargo de un grupo excelente de actores, animadores y entusiastas del cine vinculados al CineClub Alcarreño, todo un lujo para esta ciudad.
Como pueden ver, una propuesta educativa y cultural extraordinaria, maravillosa, un sueño para quienes amamos el cine y disfrutamos con las historias bien contadas.
Pues bien, hoy ha llegado a casa una carta en la que se nos informa de que las tijeras también recortan aquí, por completo. Quienes nos dedicamos a la cultura (o culturilla, porque contar cuentos para muchos políticos no es más que un tipo de culturilla totalmente prescindible) estamos acostumbrados a que en tiempos de vacas flacas la primera tuerca que se aprieta es la nuestra. Pero no por costumbre uno deja de indignarse. La cultura nos humaniza y nos da estrategias para ser más críticos. La educación no es un gasto, es una inversión. La educación y la cultura son los cimientos sobre los que se sustentará nuestro país mañana. Pero quienes tienen hoy las riendas del dinero prefieren mulos a personas.
La linterna mágica es una actividad extraordinaria, inteligente, educadora, que permite a los niños tener amplitud de miras y un rico criterio artístico; es una semilla que hará mejores personas: por eso uno no entiende que pueda desaparecer.
Esperamos que esta situación sea meramente temporal y que, en unos meses, pueda reanudarse la actividad. Queremos educación pública formal y no formal y queremos promoción de la cultura. Queremos invertir en futuro.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Asamblea de AEDA

Mañana y pasado nos reunimos en Madrid los miembros de AEDA para celebrar nuestra segunda asamblea anual: hay muchas cosas de las que hablar con otros narradores en estos tiempos difíciles. Supongo que estaré algo desaparecido estos dos días, de cualquier forma me podréis buscar por aquí.
Saludos

Más educación pública

Acabo de leer este artículo en El País sobre los recortes en educación, creo que merece la pena que le echéis un vistazo. El principio de curso se presenta algo movido como lo muestran webs como esta (SOS Educación Pública) o esta en féisbuc (en defensa del convenio MEC-British para centros bilingües en CLM).
Como maestros, padres, alumnos... y como ciudadanos creo que merece la pena luchar por lo público y, sobre todo, por una educación pública de calidad. Pongamos nuestro empeño en ello.
Saludos

jueves, 8 de septiembre de 2011

miércoles, 7 de septiembre de 2011

De los convenios British

Hemos oído hablar de recortes en Educación, ahora sabemos con certeza en qué consisten: pasos atrás en los avances de los últimos años. Quién sabe, quizás acabemos recuperando la lista de los Reyes Godos y desempolvando la Enciclopedia Álvarez para las aulas: hay muchos nostálgicos al respecto.
Un ejemplo notable de lo que suponen los recortes es la suspensión del convenio que en su día firmó el MEC con el British Council para que hubiera colegios públicos bilingües por toda España (en el, por aquel entonces, territorio MEC), modelos que mostraran la viabilidad del bilingüismo (de un bilingüismo real, con profesores nativos) en el ámbito educativo público.
Se trata sin duda de un proyecto que ha resultado un éxito como lo demuestra que en Guadalajara el CEIP Ocejón es el centro más demandado en los últimos años, aunque la prueba palpable del éxito es que en Guadalajara hay niños y niñas que han estudiado en un colegio público y que son bilingües.
Años después de la creación de estos centros públicos British se crearon otros colegios públicos "bilingües", las secciones europeas, una especie de café descafeinado y con mucha leche en la que el inglés tenía una cierta preeminencia pero en la que faltaba dar un paso más, imprescindible: inversión, más inversión. Y profesorado nativo. Desde mi punto de vista las secciones europeas son un intento fallido de bilingüismo, más un maquillaje que un proyecto real, algo como lo que hace Esperanza Aguirre en Madrid donde tiene "más de doscientos colegios bilingües" de aquella manera.
La solución habría sido ir implantando el modelo que funciona, el modelo British, en las secciones europeas para que el bilingüismo fuera real y el proyecto se fuera difundiendo y resultara un éxito. Pero no ha sido así. Ha llegado Dolores Cospedal con la tijera y se ha ensañado con la educación (que no ha sido precisamente la causante de esta crisis): horarios (con incremento de "horas de tiza" a costa de tutorías, por ejemplo), mayores ratios de alumnos, formación de los maestros (menos asesores, cep, cursos, etc.), proyectos de innovación (menos y menos ayudas)... y lo que es peor, vejación del profesorado y denigración de su figura.
Y por supuesto, fuera el convenio British: qué es eso de escuelas públicas que consiguen alumnos bilingües, de eso ni hablar. El que quiera aprender inglés que se vaya a la escuela privada o que se pague unas clases particulares o un año en Inglaterra.
Así estamos.
Un saludo
Pep Bruno


PD: Una última nota: quien trabaje y por cuestiones de trabajo tenga que cruzar la calle, entenderá lo imperioso que resulta hoy en día saber inglés. No estamos hablando de un lujo, estamos hablando de una necesidad ineludible y de una inversión de futuro para este país.

PD2: Más información sobre toda esta cuestión en esta página de Féisbuc.

PD3: Hay un error en el post: no todos los profesores asignados al British eran nativos, muchos eran españoles con un nivel adecuado para entrar y con conocimiento del sistema educativo que se impartía en estos centros.

martes, 6 de septiembre de 2011

Zapatos de fuego y sandalias de viento

Acabo de terminar de leer Zapatos de fuego y sandalias de viento, de Ursula Wölfel, en la editorial Noguer; la traducción es de Heiner Rothfuchs. Este libro está dentro de la selección que hizo la biblioteca del CIVICAN de Historias de cuentistas.


Ursula Wölfel es una autora alemana cuyos libros están dentro del canon de LIJ contemporánea: es una escritora ya clásica, imprescindible, de la que, seguro habéis leído algo (quizás este libro, o este otro) y que seguiréis leyendo.
Muchas de sus historias no tienen grandes tramas ni nudos ni desenlaces, son más bien narraciones de lo cotidiano, o mejor aún, de lo extrañamente cotidiano, pues es una experta en darle una vuelta a la rutina para que la veamos con nuevos ojos: nos hace extrañar la realidad habitual de nuestros días. Para mí esta es una virtud extraordinaria de esta autora, siempre tan sutil y genial.
Zapatos de fuego y sandalias de viento es un librito maravilloso en el que un padre y un hijo emprenden un viaje extraordinario y corren unas cuantas aventuras. El padre es un gran contador de historias (de ahí que este título esté en la guía del CIVICÁN) y no pierde oportunidad de contar a su hijo siempre que puede. En este caso además se trata de historias pegadas a los sucesos cotidianos, anhelos y sentimientos de los protagonistas: muchos padres y madres contamos cuentos de la misma manera a nuestros hijos a partir de vivencias y situaciones en las que ellos han sido o van a ser protagonistas.
Por poner algún pero, creo que alguna historia (de las muchas que hay) no está bien resuelta (como la de la oveja negra, por ejemplo), pero es solo por buscar las vueltas al libro, porque en verdad me ha gustado mucho mucho mucho y es por eso que os lo quiero recomendar encarecidamente.
Ah, y una cita muy interesante sobre contar:

[el padre] había visto y oído muchas cosas, por lo que tenía infinidad de historias para contar" (p. 11)

Y así es: hay que ver, oír, leer... hay que parar y escuchar para poder contar.
Ojalá os animéis a abrirlo y os dejéis enganchar por su prosa delicada y su trama luminosa.
Saludos.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Sin Educación, nada

Da miedo ver cómo entran las tijeras a saco en el Estado de Bienestar, cómo tocan la fibra sensible de la Educación, la Sanidad, los Servicios Sociales, la Cultura... Da miedo. Especialmente en el ámbito de la Educación.
Sin Educación no hay progreso, la Educación no es un lujo, es una inversión de futuro. Sólo personas formadas (críticas, civilizadas, sabias, creativas...) podrán encontrar (idear, soñar, desbrozar, abrir...) los nuevos caminos para un futuro mejor.
Uno no entiende que nuestros políticos no entiendan esto. Es incomprensible. Salvo que la idea de progreso para ellos sea otra: un mundo lleno de mulos sin pensamiento crítico. Un mundo lleno de esclavos que viven sólo para trabajar, carne fresca y dispuesta para la trituradora del Sistema.
El modelo imperante, el faro que nos alumbra, es China: un país que crece a un ritmo insólito y que es competitivo en todos los campos, pero ¿a qué precio? Ya hablé sobre ello hace un par de años en este post sobre China, pero está claro cuál es el coste: millones de esclavos trabajando 6-7 días a la semana 12-14 horas al día para ser competitivos, sin ningún beneficio social, sin vida.
Ese es el modelo, señoras y señores, hacia él nos dirigimos, y para este viaje no hacen falta en las alforjas ni Educación, ni Cultura, ni Sanidad...
Abróchense los cinturones, que todavía están por llegar las curvas peores.
Y ya no se trata de resistir: ahora hay que gritar, levantarse y tomar el volante.