Los catorce cuentos, organizados según las "catorce obras de misericordia" nos cuentan momentos del tránsito entre la adolescencia y juventud a la madurez de Miguel, el protagonista. Son textos hermosos, llenos de matices y detalles de los que Miguel (y sus hermanos) en muchas ocasiones no es consciente pero que logran hacer transcender la historia hasta niveles simbólicos de gran hondura. En este sentido la introducción de Ignacio Martínez de Pisón es muy interesante (yo suelo leer las introducciones o estudios después de haber leído el libro).
Me ha gustado mucho el libro, mucho los cuentos: algunos me han emocionado, otros me han deslumbrado, alguno me ha hecho reír... todos están escritos con gran meticulosidad, avanzando en la historia lenta y firmemente. Podría pensarse que son pequeñas historias (como quedarse encerrado en un cementerio con una mujer enferma y vivir un momento de apuro hasta lograr salir y olvidar allí un zapato), no grandes aventuras. Sin embargo son grandes historias que se sustentan en pequeños detalles cotidianos, en pequeñas vivencias y relaciones familiares que a todos nos resultarán cercanas. Ese es uno de sus grandes valores: extrañar lo cotidiano y elevarlo hasta la categoría de metafórico, de simbólico, cargarlo de sentido y desdoblar todos sus matices mostrándonos un cuadro (que nos resulta conocido y, a la vez, extraño) de los días, de nuestros días.
Un librito que me ha encantado, que he devorado y que merecerá al menos otra relectura. Y por supuesto un librito que os recomiendo encarecidamente.
Saludos
No hay comentarios:
Publicar un comentario