Llevo toda la mañana rumiando una de las últimas publicaciones de la editorial Lóguez, se trata de Una vida cualquiera, un libro escrito por Kristen Boie y Jutta Bauer, ilustrado por Jutta Bauer y traducido por L. Rodríguez López.
Desde mi punto de vista una de las funciones de la literatura es llevarnos por caminos de ficción al corazón de los días, a la verdad de lo real. Acaso tenga un punto paradójico que desde los planos de ficción seamos, en muchas ocasiones, capaces de ver más y mejor lo cotidiano. Sin embargo hay ocasiones en las que la ficción no tiene que ponerse mucho ropaje porque la realidad, sencillamente, es increíble o está tan escondida, tan al margen, tan lejos de nuestro foco de visión que el libro sólo necesita ponernos delante esa realidad desnuda, sin ornamentos ni atajos ni metáforas. Y este es el caso del libro que hoy traigo al blog, un libro que se limita a contar la historia que bien podría ser (aunque a muchos lectores y lectoras les pueda resultar inverosímil) la de alguna de las miles de personas sin hogar que hay en España y en todo el mundo occidental.
En los años en los que estudiaba Trabajo Social hice prácticas en una institución que trabajaba con dos colectivos bien diferenciados, población gitana y transeúntes. Este segundo grupo es, sin lugar a dudas, uno de los más complejos y difíciles a los que me he asomado (apenas unos meses). Entender cómo se llega hasta ahí, comprender que no es algo irreal ni imposible, vislumbrar la complejidad y profundidad de los problemas que acarrea... son cuestiones difíciles de explicar, no solo a los niños, sino a los propios adultos. Sin embargo este libro, de una manera (aparentemente) sencilla, ágil, verosímil, va llevándonos de la mano por el laberinto de los días hasta el infierno de la calle, hasta el desamparo de la noche, el desarraigo de las redes sociales (reales, no virtuales), el abismo del alcohol, la soledad más profunda.
Este es un libro que te golpea y te reta a que le mires a la cara. Un libro que te muestra las calles oscuras de esta sociedad supuestamente tan desarrollada y, en verdad tan llena de contrastes. Un libro que te recuerda la necesidad de tener un Estado fuerte, provisto de Servicios Sociales, de redes de apoyo; un Estado cuya medida sea el individuo (no los bancos, no las empresas) y que no permita que haya gente que sufra y caiga en el desamparo extremo.
Quizás las generaciones futuras miren hacia nuestros días y se pregunten cómo era posible que teniendo los recursos y conocimientos que tenemos permitiéramos que existiera en nuestro planeta, en nuestro país, en nuestra ciudad: miseria, pobreza, exclusión, hambre, soledad...
Este es un libro imprescindible, hoy más que nunca, en nuestras casas, en nuestras conciencias.
Saludos
Gracias! Me has conmovido con tus palabras y con-movido a buscar este libro...
ResponderEliminarGracias a las autoras, a los editores y a tanta gente preocupada por hacer llegar libros así hasta nuestras manos. Que lo disfrutes
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