miércoles, 23 de agosto de 2017

Sobre "Días de cuentos en Cáparra"

Aunque han pasado ya dos semanas desde que celebramos Días de cuentos en Cáparra (una programación de narración oral en la que en tres días se contaron cuentos en todos los municipios de una misma comarca) no quiero dejar de hacer una pequeña entrada en el blog sobre el trabajo que hay detrás de esta pequeña fiesta de la palabra.


La Comarca de Trasierra – Tierras de Granadilla cuenta en la actualidad con 15 municipios (es una comarca histórica que tiene sus orígenes en el S. XV y a lo largo de los años ha ido variando en extensión e integrantes) y unos 10.000 habitantes (datos de 2009).
La propuesta de la celebración de estos "Días de cuentos en Cáparra" tenía que ver con la primera edición de la extensión del Festival de Teatro Clásico de Mérida en la ciudad romana de Cáparra (que está en el corazón de dicha comarca), por eso el título del programa incluía "Cáparra" aunque en puridad no se contara en ese espacio. Ah, y aunque este post no se centra en este asunto, he de citar una vez más que esta programación fue posible porque la gente de CEDER Cáparra y, en especial, Julia Gutiérrez y Luis Fernando García, creyeron en la propuesta y la respaldaron. Dicho esto, sigamos con el post.
En esta zona no se programan cuentos de manera regular (de hecho en muchos lugares era la primera vez en las que se realizaban espectáculos de narración oral), pero también es esta una tierra que ha sido fértil para el cuento tradicional y que ha estado muy habituada a la palabra dicha gracias a la vitalidad de su tradición (que cuenta con muchos y muy buenos cuentos, al menos hasta hace bien poco, como lo demuestra esta fabulosa colección de cuentos tradicionales recogidos por José María Domínguez en Ahigal).

Por eso a la hora de plantearnos esta programación vimos tres puntos fundamentales:
  1. Por un lado todo el trabajo previo para la selección de espacios y ajuste de horarios: era importante que el lugar elegido en cada pueblo fuera el mejor posible para escuchar cuentos (no en piscinas ni en zonas de paso, preferentemente lugares cerrados y confortables, con sillas para el público, silencio para la escucha, etc.), por ello dedicamos todo el tiempo necesario para hablar con los encargados de poner la actividad en marcha (alcaldes, bibliotecarios, concejales...) y explicar en qué consistía la actividad y por qué era importante que las condiciones fueran favorables para la escucha. Todo esto lo hicimos dos meses antes.
  2. Por otro lado, atendiendo a la poca experiencia con propuestas de narración contemporánea y a la vitalidad de la tradición oral en la zona, pensamos que la elección de los profesionales que vendrían a contar en esta primera edición era una cuestión de gran importancia. Precisábamos de un perfil bastante concreto: narradores que tuvieran en su repertorio cuentos de tradición, con experiencia contando a públicos diversos y con tablas para poder resolver posibles situaciones adversas. Además les pedimos que, en la medida de lo posible, sería bueno que incluyeran en la función alguna referencia o texto clásico (por sumar en la línea de la programación global de Cáparra en esos días).
  3. Por último, y para resolver cualquier problema de última hora o contingencia durante el desarrollo de la sesión, creímos que sería fundamental que en cada función además del encargado del municipio hubiera un encargado de sala. Esta persona acompañaba al narrador hasta el lugar donde se desarrollaría la función, haría de enlace con el encargado del municipio (por lo tanto estaría en contacto días antes para confirmar todos los detalles ya hablados), ayudaría a resolver cuestiones previas (como ubicación en la sala, disposición del público, etc.), daría la bienvenida y presentaría la función al público, y estaría encargado de la puerta (y de que todo transcurriera de la mejor manera) durante la celebración de los cuentos.
Así fue como, atendiendo a estos tres puntos, trabajamos en la organización de "Días de cuentos en Cáparra". Una vez pasada la actividad creo que este planteamiento fue acertado. El trabajo previo (punto 1) desarrollado en junio facilitó toda la tarea posterior, sí, en verdad mereció la pena dedicar tanto tiempo a explicar a los 15 encargados las necesidades mínimas para el buen desarrollo de los cuentos contados. Igual que mereció la pena que MariajeJuan y yo fuéramos de encargados de sala (punto 3) a las 15 funciones (siempre hubo algunas cosas que hacer y pudimos descargar de tareas a los narradores). Pero, sobre todo, fue un gran acierto la elección de los narradores (punto 2) que vinieron a contar cuentos en esta primera edición: el trabajo de Paula CarballeiraInés Bengoa y Carmen y Manuel de Légolas CE fue extraordinario, y no ha de extrañarnos porque ellos son profesionales con una gran trayectoria, bregados en contar con públicos muy diversos, con tablas (y cintura) para situaciones inesperadas (adversas o favorables) y, sobre todo, grandes conocedores de cuentos de tradición oral y actuales y grandes amantes de las historias contadas.


No es la primera vez que me involucro en la programación de eventos de narración (mi escuela fueron los 10 años que estuve en el SLIJGu en la organización del Maratón de los Cuentos de Guadalajara, aunque también he participado en la puesta en pie de otras grandes fiestas de la palabra), pero en esta ocasión he sido más consciente que nunca de la importancia del trabajo previo, de la necesidad del trabajo durante la realización del evento, de la seriedad que da hacer una evaluación posterior, de lo fundamental que es apoyarse en un buen equipo y, sobre todo, de lo importante que es contar con buenos profesionales, narradores con oficio que sean capaces de convertir una propuesta de narración en una verdadera fiesta de la palabra dicha.
Saludos

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