Nada más llegar a Bogotá hice parada en casa de Carolina Rueda. Siempre es una fiesta reencontrarte con amigas queridas, pero lo es más cuando estás a tantos miles de kilómetros de casa. Carolina se encargó de darme a probar las primeras arepas que comí (deliciosas, por cierto) y de darme algo más de información sobre el país y el mundo de la cuentería en Colombia.
Desde Bogotá fui a Medellín para participar en la décimo octava edición del Festival Entre Cuentos y Flores, allí conocí a la gente de Vivapalabra con Jota Villaza y Luz Marina a la cabeza, y coincidí con otro narrador español, Félix Albo (y, fuera de programa, con Paula Carballeira y Mar del Rey), qué bien; también conocí a otros compañeros como Rodolfo González (Costa Rica), Beatriz Falero (México), Edgar Ojeda (Venezuela), Leyris Guerrero (Cuba), Romer Peña (Venezuela) y a varios narradores colombianos (Mauricio Linares, Elisa Palacio, William Morón, Jaime de Ávila, Richard Mora, etc.); por cierto, me encantó reencontrarme con Darwin Caballero y compartir con él varias funciones de cuentos, y con María Teresa Agudelo, Karla Sepúlveda y Aldo Méndez.
En el Festival Entre Cuentos y Flores nos miman: hay un día reservado para dar un paseo por la ciudad y hacer un poco de turismo (el Festival de las Flores, el Museo Botero, el pueblito paisa, etc.) y otro día para disfrutar del teatro y de la cultura paisa. Qué regalo.
El festival duró diez días, así pues el lunes 13 de agosto volé de nuevo a Bogotá donde comenzaba la segunda parte de este viaje. Pero eso es material para una nueva crónica.
Saludos
quiero leerlas todasss
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