La pasada semana comenzó bien llena de cuentos: lunes y miércoles reunión con el grupo de personas que llevan conmigo desde diciembre haciendo un cursito de narración y tradición oral en Azuqueca de Henares y que, poco a poco, va dando sus frutos (podéis ver aquí el incipiente blog que está naciendo). El martes estuve con el Club de Amigos del Cuento, también de Azuqueca de Henares, participando en una "Merienda de cuentos" y pasando un rato muy agradable juntos charlando sobre narración oral, libros, cuentos, etc. Aquí puedes ver su interesante blog.
Jueves y viernes (por la mañana) los dediqué a trabajar sobre las sesiones que tenía previstas para el final de semana, especialmente la del viernes por la noche en Guadalajara, dentro de la programación del Viernes de los Cuentos, una sesión especial para mí pues fue en el primer viernes de los cuentos (allá por principios de 1994) cuando comencé a contar cuentos en público, en aquellas entrañables sesiones que se hacían en la hemeroteca de la BPE de Guadalajara (por aquel entonces en el Palacio del Infantado) que abría sus puertas a las once de la noche para que, quien quisiera, contara y/o escuchara cuentos. En el primero de aquellos viernes conté mi primer cuento. Por eso los Viernes de los Cuentos (incluso tal como ahora se conocen, con este formato de narrador profesional contando a un numeroso público, que lleva ya 16 temporadas) son para mí un lugar y un momento muy especial para contar. La última vez que conté en ellos fue en enero de 2005, y ahora, en enero de 2013, volvía a casa, a mi casa de los cuentos. Por eso quería llevar algo especial. Y eso hice.
Estuve trabajando a fondo sobre una sesión que comencé a preparar en 2009 titulada "Cuentos para tres", una historia marco en la que se insertaban cuentos pautados por la trama central. Estrené esta sesión en septiembre de 2010, en Puerto Lápice, y luego volví a contarla en abril y mayo de 2011 en San Clemente y en Las Palmas de Gran Canaria (sólo media sesión para el programa de "Eróticos por los rincones"), y por último, la conté en febrero de 2012 en el Café de La Luna, en Logroño (donde contar siempre es especial). Una sesión contada sólo en tres ocasiones y media porque precisa de un público especial, habituado a los cuentos y con ganas de escuchar. Hablo algo sobre el proceso de creación de esta sesión aquí.Lo cierto es que, desde 2009 que empiezo a pergeñar la sesión hasta este viernes, el camino ha sido más de trabajo interno, más de taller de cocina, que de rodar cuentos, un proceso lento, demorado, y muy interesante, que ha ido dejando que los cuentos se vayan acomodando y la sesión encuentre su extensión (en algún momento había incluido más días -de viaje en la historia marco- con más cuentos dentro, pero definitivamente esto ha desaparecido) y, lo que es más importante, este remate final del pasado jueves y viernes terminó de cerrar el espectáculo y darle su forma definitiva. Ahora sólo falta que pueda rodar por ojos y corazones.
Foto tomada del tuíter de María Sánchez |
Lo cierto es que la sesión fue inolvidable (he recibido bastantes correos, tuits, comentarios y mensajes en féisbuc que me animan a pensar que no sólo lo fue para mí), una hora y media de cuentos, con un público entregado, atento y con muchas ganas de cuentos. Pero además un público especial no solo porque conoce y quiere cuentos, sino porque estaba lleno de amigos y gente conocida. Sí, fue una sesión inolvidable. Inolvidable.
Por si fuera poco, el sábado por la mañana hubo más cuentos. En esta ocasión para público infantil y familiar en el Salón de Actos de la BPE en Guadalajara, con el aforo, otra vez, completo. Una nueva fiesta de la palabra.
Foto tomada del féisbuc de Vicky Jiménez |
Foto de Mariaje |
Unos días intensos, llenos de cuentos y emociones.
Una fiesta.
Saludos
Enhorabuena Pep, muchos besos desde Toledo.
ResponderEliminarMaría
Muchas gracias María. Un abrazo enorme
ResponderEliminarPep