Igual que hizo Magritte (el título del libro y el poema que lo abre no dejan lugar a dudas) este poemario no es una pipa (¿o sí?). Como tampoco es un diario (¿o sí?) a pesar de que vaya anotando versos a la luz (y las sombras) de los días y toque preocupaciones de uno y todos:
"Tengo una rara fe en lo que escribo
pues se trata de mí a pesar mío." p. 25
Se trata de "mí" como en un diario, pero igual que le ocurrió a Montaigne, hablar de uno mismo, pensar desde uno mismo (pensarse, pensarnos), es una forma de pensar en el ser humano más allá de la medida que tomamos: pues bajo la carne y el hueso está eso que es común a todos.
En verdad la empresa parece colosal
"Y no hay papel bastante a pleno día
para anotar al dorso lo que tu noche inspira." p. 41
pero la paciencia de estos versos, su tenacidad, nos permiten deslumbrarnos con sus hallazgos formales y metafóricos, con su curso feliz, con su mirada honda que penetra en las cosas y los días, la vida. Tocar todos los temas no se alcanza porque
"No me salen las cuentas,
porque al llegar a término, voy a morirme mucho,
después de haber vivido escasamente." P. 57
pero estos versos, estos poemas, dan buena cuenta de muchas de los gozos y las sombras de los días. Y sobre todo rompen con esa finitud formal (de la vida, de las estructuras, del reloj) y permiten a la palabra fluir más allá de ataduras
"La eternidad fue nuestra,
por aquel breve tiempo en que supimos
vivir en verso libre (...)" p. 22
Un libro que he disfrutado mucho. Que he leído y releído este verano y cuya lectura os recomiendo.
Por cierto, aquí tenéis una pequeña selección de textos y pensamientos de Francisco García Marquina por si queréis asomaros.
Saludos
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